Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, cuando los españoles invadieron los territorios de los muzos; existió un gran guerrero llamado Itoco, este tenía muchas riquezas, joyas, oro, esmeraldas pero sin duda alguna su más preciado tesoro eran sus dos hermosas hijas llamadas Quípama e Ibama a quienes defendía contra todo. Con la llegada de los españoles Itoco temía por la vida de sus dos hijas entonces para protegerlas Itoco las ofreció en sacrificio en una misteriosa ceremonia, convirtiéndolas a cada una en un pueblo, uno llamado Quípama y el otro Ibama; Nunca se supo si Itoco fue muerto por los españoles o se quitó la vida, pero fue enterrado en la actual vereda de Itoco en una gran montaña con muchas riquezas y seis grandes esmeraldas. Desde allí vigila a sus dos hermosas hijas y además no permite que nadie se acerque a la montaña donde descansa en paz por toda la eternidad.
Los primitivos muzos para hacerle honor a su cacique Itoco decidieron colocarle el nombre de su hija preferida a un pequeño lugar donde se respiraba paz y alegría, donde las plantas especialmente el maíz se cultivaba con más provecho que en el resto de la región.
Fue así como esta antigua tribu (muzos) tenían en el pequeño replan un sitio de encuentro, que después de La Violencia que vivió Colombia en el año 1948 resultó el sitio propicio para escondite de muchas personas que llegaban huyéndole a la guerrilla y a los enemigos liberales o conservador.
En 1956, Quípama se convirtió en una inspección del municipio de Muzo, sitio al cual se acudía para proveerse de todo lo necesario para la subsistencia.
Cuando la situación se tornó pacifica de entre sus habitantes surgieron nuevos líderes que se dieron a la tarea de trabajar conjuntamente para suplir las necesidades que el pueblo tenia, con el apoyo del Banco de la República compraron una planta eléctrica que abastecía al caserío, construyeron el primer acueducto del que se tenga noticia, en el cual trabajaban por igual hombres y mujeres en la apertura de las chambas.
El 11 de diciembre de 1986, mediante Ordenanza Número 123, del departamento de Boyacá, fue creado el Municipio de Quípama, convirtiéndose en el más joven y emprendedor de la región. Los líderes de la comunidad lograron a través de la Junta de Acción Comunal la electrificación del pueblo y sus veredas, así mismo la instalación de una línea telefónica, la construcción de una iglesia y varias escuelas más tarde, Gilberto Molina se dio a la tarea de construir el colegio de bachillerato para que sus pobladores no tuvieran que llevar los niños a los internados de los pueblos vecinos, lo que representaba que muchos muchachos nunca pudieran estudiar por al alto costo de las pensiones. En la actualidad este municipio está desarrollando muchos proyectos para mejorar el nivel de vida de su población urbana y rural, es así como en la actualidad se adelanta la electrificación de las 34 veredas que componen el municipio, se adelanta la pavimentación en el casco urbano y se trabaja en la adecuación de varias escuelas rurales.
Pueblo que vio crecer, desde ITOCO, a lomo de mula iba por la carne y la sal...
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